La fuerza, el ardor, la tenacidad y la pasión de los hombres que cultivan la vid en las zonas montanas, enfrentando cada día las dificultades que plantea una naturaleza áspera y difícil, han sabido crear lugares maravillosos, que constituyen algunos de los paisajes más bellos del mundo, valioso patrimonio de la humanidad.
Aquí, en condiciones medioambientales únicas, se cultivan viduños de los cuales nacen vinos de aroma y sabor irrepetibles, que encierran el sabor intenso de un desafío ganado.